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Adela Ferrer - astróloga experta en ocultismo y magia
NOS VAMOS DE VIAJE
Método
tradicional para interpretar la carta horaria de un viaje
El Sol, la Luna y cada
planeta hacen un camino, un viaje celeste en el que los grupos de
estrellas o constelaciones les van acompañando; así
todos y cada uno de los planetas cambian de posición cada dos
horas y en 24 horas completan su viaje: Al asomarse por el Este son
comparables a aquel que sale de su casa y se pone en camino. Al
llegar al Mediocielo, se asemejan a quien está a la mitad del
camino. Cuando descienden y se ocultan por el Oeste, se parecen al
que ha llegado lo más lejos posible de donde salió, es
decir que ha llegado a su punto de destino. Y cuando están
debajo de la Tierra, en el Fondo del cielo, en la Casa del fin y de
las raíces, son como aquél que ya terminó su
viaje y regresó a su hogar.

Siguiendo esta analogía,
y tomando como referencia el caminar del Sol o el de la Luna en
veinticuatro horas, la astrología horaria tradicional
interpreta qué acontecimientos y sucesos hay que esperar que
le sucedan al viajero que inicia su andadura en una hora concreta.
De forma que, si al salir
de casa hay un planeta fortuna en el Ascendente, los preparativos del viaje serán buenos y
afortunados; si la fortuna está en el Medio del Cielo, el
viaje empezará a ser bueno y a dar beneficios una vez que ya
se haya partido. Si la fortuna está en la Casa VII, la mejor
parte del viaje será el punto de destino, mientras que si la
fortuna se encuentra en la Casa IV, podremos predecir un feliz
regreso al hogar y un buen recuerdo de la aventura.
Pero si el planeta
benéfico no se encuentra en dichas Casas, sino que está
entre la Casa X y la cúspide de la VIII, quien parte de viaje,
encontrará que lo mejor de éste se produce a la mitad
del viaje de ida, de tal modo que, cuanto más lejos se
encuentre el planeta fortuna de la Casa VII, más lejos de la
ciudad o del punto de destino estará el lugar y el momento en
el que ocurrirá lo mejor del viaje.
Si la fortuna se
encontrase entre la cúspide del Ascendente y la Casa VII, los
acontecimientos favorables se producirán durante el viaje de
regreso a su casa y exactamente lo mismo diremos si dicho planeta
benéfico se encuentra entre la cúspide del Ascendente y
la Casa X (como reflejo del cuadrante opuesto), y del mismo modo
calcularemos que cuanto más alejada se encuentre la fortuna de
la cúspide del Ascendente, más lejos del punto de
partida van a producirse los mejores momentos del viaje.

La Luna y el regente del
Ascendente son muy importantes. La primera por ser significadora de
la pregunta o de lo que se inicia en ese momento; y el regente del
Ascendente, por representar a la persona que hace la pregunta o que
inicia el asunto (el viaje en este caso). Por lo tanto, evitaremos
que la Luna o el regente del Ascendente se hallen combustos, aunque
reciban o formen otros aspectos benéficos.
Según la
tradición, iniciar un viaje, o preguntar por él cuando,
bien la Luna, o bien el regente del Ascendente se encuentren
combustos es significado de tener un mal viaje, de grandes
dificultades y graves incidentes.

Si la Luna, en el momento
de la salida, está formando aspecto aplicativo a un planeta
retrógrado, quiere decir que el que se quiere marchar impedirá
su propia partida, no viajará o se volverá antes de
llegar a su punto de destino. Si el planeta retrógrado al que
se aplica la Luna es una fortuna, es señal que esa anulación
será para bien; pero si la Luna se aplica a una infortuna
retrógrada, la anulación será para su mal y le
perjudicará. El mal o el bien que hemos enunciado dependerán
de la naturaleza del planeta retrógrado, del signo y la Casa
en que se halle.

Júpiter, que es la
Gran fortuna, nos indicará los beneficios que el viajero
alcanzará en la parte del trayecto que corresponda a la Casa
que ocupe este planeta y que lo que obtenga se relacionará con
el signo ocupado por Júpiter:
- Si está en Tauro
o en Libra, el beneficio tendrá que ver con mujeres, alegrías,
diversiones, amigos y asuntos relacionados con aromas.
- Si está en
Géminis o en Virgo, tendrá que ver con documentos
escritos, asuntos comerciales, con noticias o con cartas de encargo.
- Si está en
Cáncer, tendrá que ver con asuntos de mensajería
o con prsonas que traen noticias, con juegos de dados, ajedrez....
- Si está en Leo,
lo que le ocurra de bueno tendrá que ver con la Administración
pública, con personajes importantes, con la Hacienda pública,
con las finanzas o asuntos de caza.
- Si está en
Sagitario o en Piscis, lo bueno estará relacionado con la
Justicia, con hombres de leyes, asuntos de los hijos o con hombres
justos a quienes les importe la equidad.
- Si está en
Capricornio o en Acuario, lo bueno que le suceda estará
relacionado con personas de edad, con cosas antiguas o propias de la
tierra.
- No se sabe qué
tipo de bienes puede obtener quien viaje con Júpiter en Aries
o en Escorpio, quizá Marte "queme" estos beneficios.

La posición por
Casa de Venus nos indicará en qué parte del viaje va a
disfrutar la persona de alegrías, amoríos, música,
descanso y diversiones y para precisar más exactamente,
relacionaremos a Venus con el regente del signo que ocupe de la misma
forma que se ha indicado para el caso de Júpiter.
EL REGENTE DEL
ASCENDENTE:

Para conocer el motivo
del viaje observaremos atentamente y por este orden los siguientes
planetas: 1- el regente del Ascendente; 2- el regente de la Casa IX;
3- la Luna; 4- el regente de la Parte de la Fortuna. Las Casas que
ocupen nos informarán de la intención del que emprende
la marcha.
Si las Casas que ocupan
dichos planetas difieren en sus significados, nos inclinaremos por
decir lo que la mayoría de ellos indique, teniendo en cuenta
su estado cósmico para buscar quién de entre ellos
tiene más valor, al cuál asignaremos no sólo una
importancia como determinante del motivo del viaje, sino como
significador del viaje.

Si el regente del
Ascendente está afortunado, o si se encuentra en la Casa XI o
en la V, es determinante de buen viaje y de un resultado favorable,
de modo que los deseos e ilusiones del que se va, se verán
satisfechos, sin esfuerzos y con felicidad. Si, además, está
en recepción con el planeta que rige el signo en que se
encuentra, volverá muy contento, pues obtendrá mucho
más de lo que esperaba y se lo pasará mucho mejor.
Si el regente del
Ascendente aspecta al planeta que a su vez recibe un aspecto
aplicativo de un tercer planeta a quien hemos escogido como
"significador del viaje", significa que a su regreso será
cuando le suceda lo mejor del viaje.
Pero si sucede que el
regente del Ascendente aspecta al planeta que a su vez recibe un
aspecto separativo del significador del viaje, significa que lo
positivo y los buenos resultados se producen al comienzo y en la
primera mitad del viaje.

Ahora veamos qué
sucede si el regente del Ascendente está dañado o
infortunado por otro planeta:
- En primer lugar
observaremos en qué Casa se sitúa el regente del
Ascendente ya que:
Si está en el
mismo Ascendente, significa que tendrá problemas y tropiezos
físicos.
Si está en la Casa
II, tendrá dificultades económicas.
Si está en la III,
tendrá problemas con sus hermanos o con sus vecinos.
Si está en la IV,
tendrá problemas con los mayores de su familia.
Si está en la V,
tendrá tribulaciones con los hijos.
Si está en la VI,
se pondrá enfermo y la desgracia recaerá sobre sus
empleados y sus animales.
Si está en la VII,
tendrá sufrimientos y tristezas por motivos de su pareja, sus
socios o sus opositores.
Si está en la
VIII, tendrá penas y trstezas por causa de fallecimientos, o
pleitos por herencias, y quizás él mismo muera.
Si está en la IX,
los problemas puede tenerlos a causa de hombres sabios, o de leyes y
costumbres.
Si está en la X,
los problemas vendrán por parte de la Administración
del Estado.
Si está en la XI,
por sus amigos.
Si está en la XII,
por enemigos o fieras.

Este mismo razonamiento,
pero pasándolo a alegrías y beneficios, haríamos
si el regente del Ascendente se encontrase afortunado en cada una de
las Casas.
- Observaremos de qué
Casa procede el mal aspecto; ya que si procediese de la Casa X, lo
malo que le suceda provendrá de su profesión, de su
madre o del Estado (del rey), y así iremos haciendo los
razonamientos aplicando los significados tradicionales de las Casas.
También atenderemos a ese planeta que daña al regente
del Ascendente y comprobaremos qué Casa rige (utilizando las
regencias tradicionales) y con la interpretación de esa Casa,
completaremos la interpretación.
RELACIONES ENTRE EL
REGENTE DEL ASCENDENTE Y EL DE LA CASA VII:
Si el regente de la Casa
VII es una fortuna y está recibiendo, por medio de un buen
aspecto al regente del Ascendente, razonaremos que la gente de la
ciudad a la que va recibirá y acogerá al viajero, que
disfrutarán con él y le tendrán simpatía
y que esto lo harán de buen grado, y de motu propio.

Si fuera al contrario, es
decir, que el regente del Ascendente fuese quien estuviera recibiendo
al regente de la Casa VII, significa que el viajero será quien
beneficiará a los que encuentre en la ciudad a la que se
dirige y que el viajero les ayudará por darles gusto y por lo
agradables que le resultarán.

Si entre el regente del
Ascendente y el de la Casa VII hay alguna relación, pero no
están en recepción y, siempre que el regente del
Ascendente sea un planeta fortuna y esté apoderado, es señal
de que la gente de la ciudad recibirá bien al viajero y le
acogerán, aunque lo harán a la fuerza, obligados y no
por su voluntad.
Si el regente del
Ascendente es una infortuna y su relación con el regente de la
Casa VII es un aspecto maléfico o están en conjunción,
quiere decir que la gente de esa ciudad le recibirá mal, y el
perjuicio que reciba el viajero dependerá de la Casa que ocupe
el regente de la Casa VII.

Si el regente del
Ascendente es un infortuna y está infortunando al regente de
la Casa VII, significa que la gente de la ciudad padecerá
desgracias a causa del viajero y, para determinar qué tipo de
males les esperan a los habitantes de esa ciudad, atenderemos a la
Casa que ocupe el regente del Ascendente y qué fuerza o
astrodinas posee esta infortuna.

INICIANDO EL VIAJE: LA
CASA XII
Comenzaremos a
interpretar los sucesos del viaje a partir de la Casa XII, inicio de
la andadura de los planetas, por tanto inicio del viaje y,
naturalmente, tal como comienza una cosa, así va su
desarrollo:

Si la Luna se encuentra
en la Casa XII, o en la Casa VI, el que se marcha de viaje enfermará,
sufrirá incidentes y tropiezos provocados por sus propias
acciones. Sus asuntos y trabajos tendrán poca repercusión
y los proyectos que lleve en mente se verán dificultados por
retrasos o negligencias.
- Si la cúspide de
la Casa XII está en Aries o en Escorpio (regidos por Marte) es
de temer que el viajero padezca, en el transcurso de su viaje, una
enfermedad caliente, o que se encuentre con ladrones, que pase miedo,
que tema por su integridad física, o que se vea envuelto en
cualquier asunto relacionado con fieras de cuatro patas o con
reptiles.
- Si la cúspide de
la Casa XII está en Tauro o en Libra (regidos por Venus), el
que parte puede esperar beneficios al comienzo de su viaje que
vendrán a través de mujeres, o de comidas o bebidas muy
apetitosas, de todo tipo de diversiones y, curiosamente, estos
beneficios provendrán de parte de personas que son enemigos
suyos, o enemigos de su familia, de su partido político o de
su religión.
- Si la cúspide de
la XII estuviese en Géminis o en Virgo tendremos que observar
la posición de Mercurio, ya que dependerá de la
relación que este planeta tenga con los demás; si forma
o recibe aspectos de fortunas, dictaminaremos beneficios y buen
viaje. Por el contrario, si Mercurio está en aspecto con
Saturno, diremos que el viajero tendrá encuentros con malas
personas, forajidos o gente que roba y hace mal por diversión
o por capricho. Si estuviese en aspecto con Marte, hay riesgo de
encontrarse con cacos o con salteadores de caminos.

- Si la cúspide de
la Casa XII está en Cáncer, tendrá apoyos y
beneficios gracias a personas que sean recaderos, mensajeros,
representantes o por personas que, en otras circunstancias, hubiesen
sido sus enemigos o rivales o contrarios a su religión o su
Ley.
- Si la cúspide de
la Casa XII está en Leo, el que emprende el camino obtendrá
honra, prestigio, gozo, alegría y ganancias a través de
asuntos de caza o de adivinanzas, o a través de peticiones que
hará a personas que pueden ser los enemigos de su familia o de
su partido político.
- Si la cúspide de
la Casa XII está en Sagitario o en Piscis (regidos por
Júpiter), el viaje le reportará ganancias, dinero u
honra por parte de hombres que pueden ser opuestos a sufamilia o a su
partido político.
- Si, a la hora de
partir, la Casa XII tiene su cúspide en Capricornio o en
Acuario, nos centraremos en el signo que ocupe Saturno para predecir,
ya que si este planeta está en Tauro, Escorpio o Piscis, es de
temer que el viajero padezca durante su andadura una enfermedad fría
y seca; a menos que Saturno se encuentre en un signo que, por su
forma, represente animales salvajes: (Aries, Cáncer, Leo,
Capricornio y la última mitad de Sagitario) porque, de ser
así, existe el riesgo de que se exponga al ataque de una fiera
-que le ataquen inesperadamente-; mientras que si Saturno está
en un signo humano: Géminis, Virgo, Libra, Acuario o en la
primera mitad de Sagitario, diremos que estará expuesto al
ataque de hombres viles.
LA CASA X:
Esta Casa representa la mitad del viaje (en tiempo o en lugar). Si en esta Casa está situada una de las fortunas, podremos afirmar que el que se marcha estará contento y que se cumplirán sus deseos y sus proyectos y que esto se hará patente a la mitad del viaje y/o en un lugar alejado de su punto de destino.
LA CASA IX:

Si el regente de la Casa IX está retrógrado significa dificultades en el viaje, retrasos y larga demora.
Si el regente de la Casa del viaje está combusto, pero apoderado, significa que el viaje se llevará a cabo, pero ocultándolo a alguien o manteniendo cierto secreto acerca del destino. Sin embargo, si el regente de la Casa IX está combusto y tiene pocas astrodinas o está mal aspectado, el viaje se estropeará y quizás el que se marcha tenga accidentes, mala travesía, penas, desgracias y contratiempos en el transcurso del mismo.
Si hubiera un planeta fortuna en la Casa IX, significa cosas favorables, sobre todo en los trayectos que se hagan a pie.
Si el regente de la IX está en signo fijo, el viaje se alargará y no pueden descartarse demoras y grandes retrasos. Si está en signo cardinal, es señal de poca demora y que el viajero regresará pronto. Si está en signo mutable indica que durante elviaje cambiará de opinión y hará otro viaje distinto al que proyectó.
Si la cúspide de la Casa IX está en signo mutable y su regente forma aspecto con otro planeta que esté también en signo mutable y además el regente de este otro signo mutable también forma aspecto al regente de la Casa IX, es señal que este viaje provocará otro viaje y éste, otro y así sucesivamente, especialmente si el regente de la Casa IX está en una Casa sucedente.
Pero si se da esta circunstancia descrita y el regente del Ascendente está en una Casa cadente, lo que quiere decir es que el viajero ya hizo un viaje muy semejante a éste y que en aquél viaje obtuvo tantas satisfacciones, que ha decidido repetir su aventura.
LA CASA VII:
La Casa VII es la significadora del lugar al que llegará el viajero. Como es la que más lejos está del Ascendente, significa el punto más alejado geográficamente al que llegará el viajero, o su punto de destino final, por lo tanto nos indica cómo será recibido quien se va en la ciudad a la que pretende llegar.

Si encontramos un planeta fortuna en la Casa VII, significa que el que se marcha de viaje obtendrá honra y buenos resultados en la ciudad a la que se dirige.
Atenderemos especialmente al signo de la Casa VII, ya que: si se trata de un signo fijo y de ascensión lenta, es señal de que el que se marcha se quedará mucho tiempo en la ciudad a la que va. Si es mutable, cambiará de sitio en numerosas ocasiones, dentro del mismo viaje; mientras que si se trata de u n signo cardinal, se quedará poco tiempo en la ciudad a la que se encamina, el viaje será corto y regresará pronto.
Si la cúspide de la Casa VII está en un grado que sea dignidad de Júpiter (ya sea por el signo que ocupe dicho grado, o por el término o la faz en la que esté), la gente de la ciudad respetará al viajero, le honrará y creerá en sus palabras. Esta determinación será más firme y contundente en el caso de que Júpiter esté en aspecto con el regente del Ascendente (que es el significador de la persona) desde alguno de los ángulos del regente del Ascendente.
Si Júpiter está en cualquier aspecto con el regente del Ascendente y Júpiter está en algún ángulo de la carta del inicio del viaje, diremos que esos honores y respeto se los rendirán personajes importantes.

Si, en ese mismo caso, Júpiter estuviese en una Casa sucedente (de la carta del viaje), los que le rendirán pleitesía serán personas de nivel social normal; y si está en Casa cadente, la gente que le escuchará y atenderá con respeto será de nivel social inferior.

Si Venus fuese el regente de la Casa VII, la gente del lugar al que se dirige le mirará con simpatía, le recibirá con agrado y alegría y le harán los favores que les pida, especialmente si Venus hace aspecto de trígono con el regente del Ascendente y, dependiendo de si la Casa ocupada por Venus es cardinal, sucedente o cadente, determinaremos el nivel social de la gente que le recibe con hospitalidad y alegría.

Si el regente del término de la Casa VII es una fortuna, significa que el viajero recibirá bienes de personas importantes y de renombre, y que su nivel social y su grado de notoriedad estarán de acuerdo con el regente del término.
Si los regentes de la triplicidad de la Casa VII están entrando en un ángulo o en una Casa sucedente, es de esperar que el que está de viaje será ayudado y amparado en la ciudad a la que se dirige por personas buenas, leales y poderosas y que estará a salvo de toda desgracia, especialmente si, tanto el regente del Ascendente como el de la Casa VII no tienen ningún contacto con las infortunas.
Pero si los regentes de la triplicidad de la Casa VII están en Casas cadentes es señal de que el viajero encontrará en la ciudad pocos y malos colaboradores, poca ayuda, poco provecho en su alojamiento y no encontrará a nadie que le ayude a apartarse de sus enemigos o de los peligros.

REGRESANDO A CASA: LA
CASA IV
Siempre que encontremos
una fortuna en la Casa IV, auguraremos un buen resultado final del
viaje, y las características de este final feliz serán
las propias de la naturaleza de dicha fortuna.

Otro signo de final feliz
es que haya un aspecto entre el regente del signo en el que se
encuentra la Luna y una fortuna, y aplicaremos, para determinar a qué
tipo de felicidad nos referimos, las normas que se han explicado en
la Casa VII, es decir, en qué Casa se encuentran el dispositor
de la Luna y la fortuna que lo aspecta y qué estado cósmico
y qué otros aspectos reciben.
Si en la Casa IV hubiese
algún planeta retrógrado o el regente de la IV está
retrogradando, quiere decir que habrá esfuerzos, enredos y
retrasos al final del viaje; pero si el planeta presente está
directo o si el regente de la Casa IV está directo, diremos lo
contrario.

Si el regente de la Casa
Iv fuera una infortuna, al viajero le sobrevendrán perjuicios
e impedimentos al final del viaje, con arreglo a la naturaleza de
dicha infortuna, de la Casa en la que se encuentra y de las Casas
desde las cuales haya otros planetas formándole aspecto, o del
planeta al que aplique dicha infortuna y de entre todos estos,
escogeremos como significador del mal al planeta más apoderado
por aspectos.
REGLAS QUE NO SE PUEDEN
OLVIDAR:

Si no hay ningún
planeta retrógrado, todo lo que el planeta signifique por su
posición o por la Casa que rige acabará bien, sin
esfuerzos ni dificultades. Y juzgaremos esfeurzos, retrasos y
dificultades de la Casa que ocupe o que rija un planeta retrógrado.
Allí donde
encontremos un planeta oriental al Sol, diremos que los asuntos
relacionados con esa Casa serán fáciles y ligeros.
Allí donde veamos
un planeta occidental al Sol, tendremos que esperar lentitud,
esfuerzo y poco beneficio en los asuntos que se relacionan con la
Casa en la que se encuentre.
Los planetas que estén
en Casas angulares o sucedentes indican firmeza, estabilidad y bondad
en los asuntos relacionados con esa Casa o con la que rigen. Pero los
planetas que se encuentran en Casas cadentes dan poco provecho o
destruyen las cosas que tienen que ver con la Casa que ocupan o con
la que rigen.
Y por último, para
afirmar que un viaje será afortunado y se desarrollará
sin contratiempos, tendremos que fijarnos en el regente de la Casa IX
y comprobar que está bien aspectado y fuerte; o también
lo podremos afirmar si hay una fortuna en la Casa IX o en la IV (casa
del final el viaje), porque estas son las indicaciones de que el que
viaja estará contento, tendrá una buena travesía
y un feliz regreso.
Este artículo es
una refundición y adaptación ordenada de los capítulos
3, 4, 5 y 6 del Libro III del “Libro conplido en los iudizios
de las estrellas”
ADELA FERRER
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